Lavande Romaine

«Atravesar la Alta Provenza es un viaje místico. Es como atravesar un desierto de rocas y escasos árboles, si no fuera por la lavanda. Los altos arbustos vibran bajo las ráfagas del mistral. Aunque la noche ya no esté iluminada por los fuegos bajo los alambiques de los que hablaba Jean Giono, el perfume limpio y virginal es el alma de esta tierra». [notas de viaje]

Para los romanos era la flor con la que se perfumaba delicadamente el agua destinada a las abluciones. Lavanda para «lavar». Los ejércitos romanos la extendieron por toda Europa, pero es aquí donde la planta se unió con el paisaje hasta convertirse en el rasgo destacado, el que una vez visto, nunca se olvida, al igual que no se olvidan los extraordinarios ojos azul-púrpura. Jean-Claude, enamorado de la dureza de esta naturaleza agreste, la ha descrito a su manera. Lavande Romaine es una página extraordinaria de su libro olfativo, donde las mariposas azules revolotean al atardecer sobre ligeros aromas de Grosella negra, Cedro azul y Almizcle blanco.

NOTAS
SALIDA: Lavanda Fina
CORAZÓN: Hojas de Grosella Negra, Cedro Azul
BASE: Almizcle Blanco

INGREDIENTS: alcohol denat. (alcohol), parfum (fragrance), aqua (water), citronellol, coumarin, geraniol, limonene, linalool.